Una longevidad sana y productiva es uno de los grandes anhelos de los seres humanos. Si sumamos a esto el disfrute de los logros acumulados durante la vida, la cosecha feliz de todo lo sembrado en el terreno de la espiritualidad, podemos decir que estamos describiendo la felicidad. Por eso creo que esta es una mujer feliz, realizada, afortunada. Creó una familia de sangre y una familia en el espíritu. Muchos somos quienes admiramos su fuerza y optimismo, su condición de mujer de estos tiempos, siempre dispuesta a estar a favor de lo bueno y lo hermoso. En plenitud de facultades arriba a sus nueve décadas de vida, dedicadas a cultivar la escritura, ejercer la pedagogía, difundir la cultura, fomentar el amor. Quienes la conocemos y amamos nos sentimos tan afortunados como ella por esta larga existencia, deseosos de que sea aún mayor esa dicha de contar entre nosotros con la especial presencia de la poeta, pedagoga y promotora cultural Juanita Conejero, a quien Dios guarde siempre.
¿Quiénes influyeron en su inclinación por los libros? ¿Cuáles fueron sus primeras lecturas? ¿Cómo descubrió su vocación poética?
Sin dudas fueron mis padres. Mi madre era una gran martiana, y mi padre un gran lector. En casa había una biblioteca. La Edad de Oro fue mi primera lectura. Descubrí mi vocación poética a los catorce años. Participaba en un grupo poético llamado Raíces que dirigía el poeta Isidoro Núnez. Gracias a él conservo mi primer poema.
Su etapa de estudiante universitaria es rica en experiencias por las personas que conoció, los conocimientos adquiridos, las actividades realizadas. ¿Puede hablarnos sobre lo que considera más relevante de esta etapa especial de su vida?
Nunca he dejado de agradecer todo cuanto mis maestros me entregaron en la vida. Allí pude saber que Alfonso Reyes era amigo de mis profesores, que se consideraban sus discípulos. Recuerdo tantas cosas, desde mi primer premio estando en la Primaria hasta aquella Clase Magistral impartida por mi Cátedra Universitaria en el Lyceum donde mi condiscípula Lidia Turner y yo recitamos en alemán, no sabíamos el idioma y hasta nos aplaudieron.
Jugó un papel muy interesante en el desarrollo de la imprenta, el libro y la nueva actitud frente a la lectura. ¿Conserva alguna anécdota especial, algún recuerdo digno de ser contado?
Trabajé antes del triunfo revolucionario como asesora de textos escolares en P. Fdez y Cía. Una vez que la empresa pasó a la Imprenta Nacional yo pasé con ella. Después fui nombrada en aquella ocasión Delegada de la Imprenta Nacional en Oriente. Creé una librería y los almacenes de libros en la ciudad de Santiago de Cuba.
Inmediatamente después se incorporó de lleno al terreno de la educación y la cultura. Cuéntenos algunas de sus experiencias más notables.
Fue la etapa de profesora del preuniversitario especial Raúl Cepero Bonilla. Mucho aprendí de aquellos talentosos alumnos. Mis niños, hembras y varones, los cuales me recuerdan todavía.
¿Cómo mantuvo a través de esos años de formación y desarrollo su formación poética?
Seguí escribiendo mucho y guardaba mis escritos. Fui funcionaria de Educación y Cultura. Decidí jubilarme para entregarme a la poesía. Asistí al primer Curso de Creación Poética del Maestro Roberto Manzano. Allí le conocí. Le admiré y seguí escribiendo poesía. Mucho me sirvió este Curso. Ahí entablé relaciones con otros poetas, que hoy son mis amigos, e intercambiamos versos. Asistí también al Taller de Poesía de Aries Morales en la UNEAC, donde pasé tardes muy hermosas. Iba a cuanto lugar se leyera poesía y participaba. Corría el año 1991.
¿Cuántos libros tiene publicados? Los lectores agradecerán una orientación de primera mano para acercarse a su obra.
Lo primero que debo decir es que a mí no me interesaba mucho publicar mi obra, prefería escribir y así lo hice. Más que publicar me interesaba crear. Cuando era muy joven, ganadora de Premios, en mis primeros años, salí algunas veces publicada en el País Gráfico. Después fui antologada por Roberto Manzano en el libro Bienaventurado el árbol que camina, junto a otros poetas, compañeros del curso impartido por él. En 2007, el propio Roberto Manzano publicó mi poemario Persistencia de la memoria en Extramuros, de La Habana. En 2009, en México, me dedicó Héctor Sumano dos tabloides con parte de mi obra y una Hoja murmurante. En el 2015 publiqué en México Luna roja, poemario editado por Astrolabio Editorial, que preside Marina Ruiz. Y ahora Vitral habanero, una selección de poemas de más de once libros que se publicó en Valencia, España, por Olé Libros, con prólogo de Ximo Albinyana e ilustraciones de Pastor Rivera.
Usted ha vinculado su creación con la historia y el patrimonio cultural de la nación cubana. ¿Puede citar algunos ejemplos de la afirmación anterior?
Mi poesía, como mi propia vida, siempre ha estado muy ligada con la historia y el patrimonio cultural de la nación. Mi obra así lo demuestra. Además siempre he estado muy vinculada a la cultura general de mi país. Nunca olvido la conversación que tuve con Enrique Loynaz del Castillo cuando lo conocí en ocasión de mi Premio de la Guardia de Honor de Rubén Darío. Siempre recuerdo las bellas palabras que me escribió a mis quince años en el Autógrafo que me regaló mi madre. Aquí lo conservo.
Dada su intensa actividad en los medios y ambientes culturales ha tenido que conocer a notables representantes del arte cubano en todas sus manifestaciones. Sería interesante conocer algunos de sus más importantes recuerdos.
Un día me sentí aún muy cerca de ellos cuando asumí el cargo de Asesora del Arte profesional de Ciudad de La Habana. Conocí a esas importantes personalidades de Cuba y del mundo. Los recuerdo y los admiro. Dignifican nuestra cultura. Nunca olvido cuando mi padre me presentó en el periódico El País al poeta José Z. Tallet y este me regaló un libro de Martí que siempre me acompaña. Tenía quince años.
A lo largo de su vida ha creado y mantenido tertulias y otras actividades promocionales. Describa brevemente esas experiencias.
Me referiré al último proyecto llamado Sol Adentro. Creado en el 2004 y desde 2015 en la Casa de México e inspirado en Don Alfonso Reyes. Un espacio que duró quince años de manera presencial y que tuvo varias emisiones digitales en México en ocasión de la pandemia. Innumerables poetas y escritores cubanos y del mundo visitaron en La Habana a Sol Adentro, leyeron, regalaron libros, cantaron con su música, soñaron junto a nosotros. Durante años conté con una pincelada humorística del Premio Nacional de Arquitectura Augusto Rivero, ya fallecido, y un grupo de músicos cubanos que me acompañaron. Siempre recuerdo a Jorge el guitarrista, que ya falleció también. El público fue siempre excepcional.
Estamos enfrentando tiempos difíciles y complejos en que lo banal, lo efímero y lo ramplón se imponen en el gusto de una gran mayoría. ¿En las actuales circunstancias qué papel considera que puede desempeñar la poesía?
La poesía es arma fundamental que genera mucho amor. La poesía salva, consuela, y anima a salir adelante, a saltar obstáculos y a vencer.
Entrevistó: REYNA ESPERANZA CRUZ
JUANITA CONEJERO. Poetisa, escritora, profesora y promotora cultural cubana. Doctora en Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Dirige y conduce hace más de quince años la Tertulia de Arte y Literatura Sol Adentro en la Casa de México, en el Centro Histórico de La Habana, inspirada en el gran humanista mexicano Alfonso Reyes, del cual es apasionada estudiosa. Colaboradora de la web Cubarte, portal de la cultura cubana, donde aparecen sus artículos, críticas y reseñas. Ha sido jurado de premios literarios y prologado textos poéticos en Cuba, España y México. Coordinadora en Cuba de los proyectos creados por el poeta Alfred Asís desde Isla Negra, Chile. Entre sus poemarios podemos citar: Más allá del tiempo, editado por La Tinta del Alcatraz en Toluca; Persistencia de la memoria, en la Editorial Extramuros de La Habana; Luna roja, de Astrolabio Editorial, en Cuernavaca, Morelos, México; y El vigor de los abismos y Todo el amor, poemario a dos portadas, junto a la poeta mexicana Rita Vega Baeza, Ediciones Texere, Zacatecas, México; Vitral Habanero , con poemas recogidos de más de once libros, que acaba de ser publicado en Valencia, España. Ha colaborado en diversas revistas, periódicos y antologías de Cuba, México, Argentina, España, Canadá, Chile, Perú, Venezuela, Bolivia, Estados Unidos, Australia y Panamá, entre otros. Un buen número de sus textos aparecen en importantes sitios de Internet. Varios de sus poemas y artículos han sido traducidos al inglés, francés, portugués, italiano, catalán y murciano. Un grupo de sus poemas han sido llevados al pentagrama por músicos cubanos. Ha recibido importantes reconocimientos institucionales.