De todo esto yo soy el único que parte. 

De este banco me voy, de mis calzones, 

de mi gran situación, de mis acciones, 

de mi número hendido parte a parte, 

de todo esto yo soy el único que parte. 


De los Campos Elíseos o al dar vuelta 

la extraña callejuela de la Luna, 

mi defunción se va, parte mi cuna, 

y, rodeada de gente, sola, suelta, 

mi semejanza humana dase vuelta 

y despacha sus sombras una a una. 


Y me alejo de todo, porque todo 

se queda para hacer la coartada: 

mi zapato, su ojal, también su lodo 

y hasta el doblez del codo 

de mi propia camisa abotonada. 


CÉSAR VALLEJO 

(Perú, 1892-Francia, 1932)


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