Hablar sobre nuestra existencia real, sobre nuestros temores, nuestras dudas e inconformidades, es uno de los actos más valientes que podemos acometer, sobre todo porque no tenemos ni la más mínima certeza de que seremos comprendidos, o al menos aceptados sin que nos juzguen erróneamente. Es que la costumbre, lo común, lo «correcto», es callar y sonreír, fingir ser felices y simples. Nada más alejado de la realidad. Si algo caracteriza realmente a cualquier ser humano es la complejidad. La contradicción entre lo que sentimos y lo que expresamos, lo que añoramos conseguir y lo que realmente conseguimos, lo que somos y lo que alguna vez soñamos ser. Vivimos como si hubiésemos aceptado formar parte de una extensa obra teatral, en la que somos actores representándonos a nosotros mismos. Es difícil rebelarse contra esa costumbre, y casi siempre tiene un costo esa rebelión.
Pero cuando decidimos ser nosotros sin afeites, sin máscaras, la satisfacción, la sensación de liberación que sentimos, minimiza ese costo y nos obliga a preguntarnos: ¿Por qué demoré tanto para decidir ser yo, para que me conozcan tal como soy, para desnudar mi mundo interior sin temores ni vergüenzas inútiles? Sobre todo esto he reflexionado mientras leía, con verdadero placer y empatía, el libro Retales, de la poeta y narradora canaria Mary Carmen Cabrera Pérez, a quien conocía someramente a través de versos suyos que me habían llegado esporádicamente, los cuales me hacían pensar que estaba ante una poeta (no siempre versos y poetas marchan unidos), sino porque su visión particular de la realidad, sobre todo de su realidad, tienen ese algo inconfundible que es el hálito de honestidad y belleza que la Poesía insufla a las palabras que brotan cuando ya la mente no puede seguir llevando la carga de nuestras ideas inexpresadas.
Publicado en marzo de 2024 por la Editorial Vecindario, el libro llegó a mis manos, impreso, como prefiero leer, gracias a la generosidad de su autora ante mi interés por conocer su prosa, la que está presente en la mayor parte del libro, pues este tiene la particularidad de unir sabiamente, la una apoyando a la otra, prosa y poesía. Es este un libro del autoconocimiento, reflexivo y confesional, personal y colectivo. Late en sus páginas un sentir auténtico ante una realidad que a todos golpea, en momentos en que la sociedad se encuentra signada y carcomida por egoísmos, ambiciones materiales, soledad, abandono y desinterés por el destino de nuestra especie. Me refiero al capítulo titulado «El mundo se ha vuelto del revés», reflejo descarnado y fiel de la actual época.
Mas se siente también el pulso vibrante del amor de pareja, de las complejas relaciones familiares, con sus luces y sus sombras, y algo que mucho llamó mi atención, con lo que pude identificarme plenamente desde mi yo profundo: el modo en que la autora analiza su psiquis, muestra sus contradicciones, desnuda intimidades que casi nunca confesamos, a veces ni siquiera a nosotros, porque tememos enfrentar cara a cara a esos monstruos que preferimos mantener adormecidos con la esperanza de que nos dañen menos, aún cuando nos carcomen al recordarnos, cada día, frustraciones y desencantos que no queremos admitir.
Por último, quiero hacer notar lo que subyace o aflora en cada uno de los textos que componen este libro: es la enorme solidaridad humana de su autora, el deseo de sanar heridas, de tender la mano, de pronunciar la palabra que cualquier ser de su entorno necesita escuchar, pues ella misma ha necesitado esa solidaridad, y conoce de primera mano cuán terapéutica y acompañadora puede ser la palabra precisa en el momento preciso, la sonrisa cómplice hacia quienes se sienten solos o excluidos.
En Retales vibra y brilla con luz propia una mujer profundamente sensible, que sabe darse a los demás generosamente, y que a través de sus escritos puede motivar a quienes leemos o escuchamos sus palabras a detenernos un instante ante el espejo de nuestra conciencia para darnos cuenta de cuánto podemos hacer y no hacemos, cuánto podemos decir y no decimos, cuánto podemos dar para enriquecernos como seres humanos. Porque lo único que crece al repartirse es el amor. Invito a los lectores que buscan un libro ameno y profundo, sencillo a la vez que lleno de complejidades, y sobre todo tremendamente humano, a que lean Retales, de Mary Carmen Cabrera. Les aseguro que resultará una experiencia inolvidable.
Reyna Esperanza Cruz Hernández
La Habana, julio 28 de 2024
Mary Carmen Cabrera (Nido Cuervo, Gáldar, Gran Canaria). Poeta y narradora. Ha publicado Desde el silencio de la noche (autobiografía) y el relato Con mirada inocente, en la XII edición del libro Rescatando la memoria. Su libro Retales fue publicado por la Editorial Vecindario en marzo de 2024.